Malestares durante el embarazo

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Náuseas, vómitos y mareos son malestares comunes a la mayoría de las madres embarazadas. Incluso, su aparición es uno de los primeros síntomas que anuncian la próxima llegada del hijo, aún antes de la comprobación médica del embarazo.

En general, estos síntomas comienzan a partir de la cuarta semana del embarazo y se extienden hasta la décimo sexta semana de gestación. Si bien en algunas embarazadas desaparecen luego del tercer mes, en muchas otras continúan hasta el quinto o a veces se producen durante los nueve meses de embarazo.

Las causas que producen estos síntomas pueden ser múltiples. Los cambios hormonales que el organismo femenino experimenta por estar engendrando una nueva vida; el estrés físico y emocional que atraviesan las mujeres embarazadas y el rechazo a ciertos olores o sabores que ocurre a raíz de la agudización de los sentidos que se produce en la mujer durante el embarazo son sólo algunas de las causas que provocan naúseas, vómitos o mareos.

Un reciente estudio realizado en Inglaterra llegó a la conclusión de que estos síntomas tienen como beneficio el proteger la salud de la mamá y el bebé. Según el informe de la investigación, el malestar gravídico matutino sería la manera del cuerpo de proteger a la embarazada y al bebé contra distintas toxinas o bacterias presentes en los alimentos. "La carne y los productos lácteos, por ejemplo, tienen más probabilidades de albergar bacterias , así que puede ser que el cuerpo femenino opte por una selección natural para conseguir librarse de ellas durante el embarazo", explican los expertos. Este trabajo, realizado por los doctores Gillian Pepper y Craig Roberts de la School of Biological Sciences de la Universidad de Liverpool.  Se analizaron la dieta típica en cada país y encontraron que aquellos con un alto consumo de azúcares, edulcorantes, estimulantes tales como cafeína, carnes, leche y huevos tenían mujeres embarazadas con más malestar que aquellos donde se consumía más cereales y legumbres. Todo sugeriría, según los investigadores, que las nauseas y vómitos accionarían para contener aquellos agentes dañinos que podrían comprometer el embarazo. Así, el malestar gravídico matutino cumpliría una función profiláctica, actuando contra comestibles potencialmente perjudiciales.

Ante la aparición de estos síntomas es inevitable que la embarazada se pregunte si es peligroso sentirse mareada o vomitar. Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos los vómitos y náuseas no llegan a producir consecuencias relevantes para la salud materna ni ponen en peligro al bebé. Por el contrario, resulta que cumplen una función de protección.

Sin embargo, ante la recurrencia de este tipo de malestares, es importante que la mamá esté muy atenta, ya que la repetición en el tiempo de vómitos puede llegar a producir desnutrición o deshidratación e incluso alteraciones en el grado de acidez de la sangre.

Para evitar este tipo de síntomas, los especialistas sugieren que el descanso y comer pequeñas cantidades de comida tibia en intervalos cortos de tiempo, puede ser beneficioso. El tratamiento con medicación para los vómitos debe ser indicado por el médico y está reservado para los casos en que esta situación es persistente y en cantidades suficientes como para convertirse en un riesgo potencial para la madre y el bebé.

Sin embargo, si la ocurrencia de estos malestares resulta preocupante para la embarazada, no está de más realizar la consulta pertinente con el médico, de forma que este pueda cerciorarse de que no hay riesgo para la salud y que no están ocurriendo por causas diferentes a las típicas y esperables.

 

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