Hay un mito muy frecuente respecto a la alimentación en invierno, que indica que ante la llegada de las temperaturas frías el cuerpo necesita alimentos de alto contenido calórico. De esta manera, muchos le dan vía libre a platos con una gran cantidad de calorías (como un guiso de lentejas con chorizo colorado, panceta, carne, etc.).
Sin embargo, esta idea no tiene ningún sustento científico. Lo que en realidad importa es mantener las defensas altas, por lo cual una buena opción sería consumir más alimentos con vitaminas (frutas, verduras, legumbres).