Aprender a resolver el estrés

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Las exigencias del trabajo, el bienestar y la salud de la familia, el tráfico de las ciudades, la situación del país… ¿quién puede evadirse de la tensión? Vivimos en un mundo complejo, sobrecargados de estímulos, muchos de los cuales no podemos controlar. Nos hemos acostumbrado a hablar del estrés como un asunto de todos los días, pero ¿sabemos bien qué es el estrés?

El estrés es un mecanismo de defensa: ante la percepción de una amenaza, nuestro cuerpo desata una serie de reacciones fisiológicas para hacerle frente. El problema es que estas reacciones, cuando se sostienen en el tiempo, no permiten al cuerpo relajarse y pueden provocarnos problemas para la salud.

¿Cómo reconozco el estrés?

El estrés puede reconocerse a través de varios síntomas: mayor ritmo respiratorio, pérdida del apetito, baja temperatura en la piel, insomnio, dolor muscular y, en algunos casos, dolor de cabeza y de pecho.

Ante la aparición de estos síntomas, es necesario que pares la pelota y te hagas la pregunta: ¿qué cosas me están afectando y me producen malestar? Es preciso que encuentres las fuentes de tensión, aquellas cosas que te producen malestar a pesar de que no seas consciente de ellas en todo momento. Si uno logra distinguir cuáles son las principales causas de tensión, debe pensar cómo hacer para enfrentarlas o, si es posible, resolverlas.

Algunas formas de combatir el estrés

Es fundamental, como dijimos arriba, que primero seas consciente de que estás estresado. Luego, es importante que tomes una postura activa para resolver la situación. Independientemente de las causas particulares del estrés, hay algunas actividades que suelen ayudar a muchas personas a rebajar la tensión. Te recomendamos:

- Tener una dieta balanceada y comer bien, especialmente en el desayuno.

- Descansar bien por las noches y tomar recreos para relajarse en momentos de mucha exigencia, evitando llegar al punto en el que estás exhausto.

- Aprender ejercicios de relajación y realizarlos en momentos críticos del día. Por ejemplo, levantar los brazos, respirar hondo e ir bajándolos de a poco nos ayuda a darle al cuerpo el oxígeno que necesita ante situaciones de estrés.

- Fijar una rutina semanal que incluya ejercicios físicos y momentos para divertirse: puede ser una película, algún programa de televisión, una reunión con amigos, etc.

- Hablar de los problemas que nos preocupan y nos estresan con amigos o familiares para buscar soluciones o compartir puntos de vista.

Muchas veces estos hábitos no son suficientes para reducir el estrés, ya que las situaciones nos producen tanta tensión que no las podemos sobrellevar. Si esta es tu situación, te aconsejamos que visites a un especialista para que te ayude a encontrar respuestas. El estrés produce riesgos en la salud y es necesario que lo combatas.

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